Porque compartir te hace feliz: electricidad comunitaria

La energía verde con el poder del sol o del viento da fuertes impulsos para el desarrollo de las comunidades y regiones, creando empleos a largo plazo o beneficiando directamente a una comunidad: recibe un pago anual por cada kWh de producción; los ingresos resultantes pueden usarse individualmente, por ejemplo, como subsidio para comidas escolares o como subsidios para sistemas solares de techo.

Con el modelo de flujo comunitario, en cambio, los ingresos van a parar a todos los vecinos del municipio que han vivido en él durante un determinado periodo de tiempo. El pago se realiza una vez al año, la distribución se realiza a través de un contrato de fideicomiso, una implementación simple y sin burocracia que hace justicia a todos los intereses.